Recientemente, Fray José Ángel Torres Rivera, OFM, Cap. fue elegido como Vicario General de la Orden Capuchina por un término de 6 años y con posibilidad de extender su término por 6 años más. El Visitante conversó con el fraile a días de mudarse a Roma donde ubica la Casa General de la Orden y desde donde cumplirá con las funciones de su cargo, que por primera vez recae en un puertorriqueño.
“Es una responsabilidad bien grande, pero Dios te va llamando poco a poco y te va pidiendo cosas que ni imaginas, te mueve de un lugar para otro, y no te queda otra cosa que decir ‘sí, aquí estoy’ y él va guiando el camino”, así reaccionó Fray José Ángel al preguntársele cómo se sintió al ser designado como Vicario General.
“Como Vicario General voy a atender a las circunscripciones de hermanos capuchinos de toda Latinoamérica, de todos los países que hablan español incluyendo España y Portugal. Voy a estar animando la vida de los hermanos en todas las circunscripciones”, precisó.
Igualmente, indicó que desde Roma junto al Ministro General y el Consejo estimulará la vida de los capuchinos en todo el mundo. “Estamos en 110 países somos más o menos 10,500 frailes que acompañamos la Iglesia desde nuestro servicio y ministerio como frailes capuchinos”, sostuvo el fraile del Barrio Collores de su natal Juana Díaz.
Cuando se le preguntó si dudó en aceptar el puesto afirmó que: “Nosotros no aspiramos a puestos ni a posiciones, no es algo que nosotros deseemos hacer, pero cuando te llaman tienes que decir que sí, porque estamos en las manos de Dios y en las de nuestros superiores”.
Sobre el cambio radical que significará para Fray José A. mudarse a Roma, aclaró que esto no será nuevo para él, porque vivió allá mientras estudió su licenciatura en derecho canónico. Comentó, que luego que concluyó sus clases se quedó unos años más, sirviendo en la oficina jurídica de la Casa General y entre los estudios y el servicio pasaron 9 años. No obstante, admitió sentir nostalgia por dejar su país, su familia y a sus hermanos capuchinos. “Una de las cosas que he tenido siempre clara es mi vocación al servicio y si la orden me necesita allá, estoy disponible”, reconoció.
De otro lado, sobre las metas que tiene como Vicario General, admitió que: “Mi primera responsabilidad será acercarme a los hermanos y escucharlos. Una de las cualidades que Dios me dio es la capacidad de escucha y ahora la Orden y la Iglesia necesita a alguien que escuche y desde esa escucha, identificar cuáles son sus necesidades”.
Por último, señaló que “tenemos que reanimar a los hermanos para que miren la base desde su fe, pongan su mirada hacia Dios que los llamó y vivan con pasión esta hermosa vocación. Así como animar a otros jóvenes a que se unan a nosotros al servicio de la Iglesia”.
Camille Rodríguez Báez
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