Un mensaje de WhatsApp fue suficiente para mostrar el amor de unos padres a su hija, quien reportaba la noticia en televisión nacional en medio del paso del Huracán Fiona por Puerto Rico. Este ciclón dejó destrucción y pérdidas en distintas áreas de la Isla durante los pasados días. El amor de una madre y un padre “es lo más grande que existe, después de Dios”, expresó Dianerys Calderón a través de sus redes sociales.
Dianerys actualmente labora como periodista para Telenoticias Fin de Semana. Durante la emergencia por la que se encontraba la Isla, Calderón estuvo reportando en vivo desde el área sur. Sus padres la observaban preocupados a través del televisor y le enviaban mensajes de apoyo.
El domingo 18 de septiembre, día en que el ciclón tocaba suelo boricua, Diana Vázquez Cosme –su madre– le envió un mensaje de voz corto que decía, en llanto: “cuídate mucho”; su padre, Wilbert Calderón Rojas, le sugería también que no se arriesgara. A pesar de la intranquilidad de sus padres, “la oración que hicieron por mí me acompañó durante toda la cobertura. Les agradezco tanto amor a ambos. Soy bendecida de tenerlos y los amo con todo mi corazón”, completó Dianerys en su comunicado.
En diálogo con El Visitante, Vázquez Cosme expresó que tanto ella como su esposo sintieron preocupación por su hija; era la primera vez que le tocaba trabajar en medio de un huracán. “Fue un sentimiento de angustia por no poder protegerla. Uno siempre los envía –a sus hijos– con la oración a Dios para que los proteja”. También comentó que no debía fallar en la fe porque, “si yo le pedí a Dios que me la protegiera, así iba a ser”. Su deber era confiar. “Mis lagrimas salieron, pero siempre estuve confiando en Dios de que todo iba a salir bien”, afirmó la madre. Asimismo, Wilbert también recordó el pasaje bíblico en el que se relata la tempestad a la que Jesús le ordenó calma. “Sabía que con la oración Jesús iba a calmar la tempestad, y así fue”, añadió.
Luego de la intervención en televisión, Dianerys se estremeció por lo que estaba viviendo. Entre el miedo, las oraciones eran consuelo para poder informar al pueblo sobre los acontecimientos del momento. El vivir este tipo de experiencias en carne propia y ver tanta necesidad, sin duda le conmovió. Aun así, pudo sentir el cariño de su familia a la distancia, que con sus oraciones le pedían a Dios que la cuidara en todo momento.
Tuvo pruebas, sin embargo, supo manejar, por la gracia de Dios, cada contratiempo. Podía tambalear su fe, pero las plegarias fueron escuchadas. “Me refugié en la oración. Toda la jornada laboral me mantuve orando. Pensé que nada me iba a pasar porque tenía un propósito. Eso me calmaba”, completó.
Por otro lado, también le tocó alentar a las personas que encontraba en su camino, pues no la estaban pasando tan bien como querían. Convivir y hablar con las personas en los refugios, fue para Dianerys una oportunidad para alegrarlos y bendecirlos con su forma de ser.
“En cada hogar que visité, encontré la presencia de Dios en medio de la necesidad. La gente debe tener más presente a Dios. Hay mucha gente que no tenían nada, pero había felicidad y unión familiar. Se sentía que Dios estaba ahí en medio de las circunstancias”, añadió la periodista.
Finalmente, el llamado que hizo la familia Calderón Vázquez fue a estar unidos en la fe como familia y comunidad cristiana, como puertorriqueños. “No sabemos por lo que puede estar pasando el otro”, expuso Diana. Además, “no perder de perspectiva lo que uno puede aportar a otros”, concluyó Dianerys.
Jorge L. Rodríguez Guzmán
j.rodriguez@elvisitantepr.com
Twitter: jrodriguezev