Desde el suelo boricua se emprende un camino de animación misionera al servicio del Continente desde ya como parte del Congreso Americano Misionero CAM6 Puerto Rico 2023. Para crear conciencia de cuán importante es la misión, que brota desde el Bautismo, se presenta el testimonio de la familia misionera Crespo Figueroa compuesta por Lumir Figueroa Torres y Freddie Crespo Toro, matrimonio misionero que tienen tres hijos: Lucas de 4 años, Leia de 2 y Liam de 1 año.

“Juntos somos familia misionera”, expresó el matrimonio. Ambos tuvieron experiencias misioneras de manera individual, se conocieron y posteriormente se casaron en el 2013. Ambos coincidieron que para ser misionero 24/7 no hay que ir al otro lado del planeta, sino hay que practicarlo en todos los entornos; al ser bautizado se es enviado a todas partes. “No se puede ser islas”. Con estas palabras orientaron que, aunque se viva en un archipiélago, son una comunidad que lucha, camina y vive, pero en fiel unidad. Por ello, la familia es parte de una comunidad, de la parroquia, de la Diócesis y de la Iglesia Universal. Y hay que ser y demostrar esa comunidad.

Por su parte, Freddie mencionó que ser cristiano no es cosa de moda, época o idea. Ser católico y ser misionero -dijo- se trata de un estilo de vida que orienta cada acción, pensamiento y palabra. Por ello la convicción, producto de un encuentro personal, íntimo con Jesús, es esencial. “La misión es ir más allá de las fronteras personales, más allá del ‘visiteo’ o de millas de vuelo. Esto no es turismo eclesial. Es un modo de vida. La acción misionera es encontrarse con el otro y vivir el amor incluso en la carencia”, dijo Freddie.

Lumir, con Leia en brazos, recalcó que hay que conocer la fe para asumirla, amarla y practicarla sobre todo con el ejemplo. Luego, hay que “alimentar con frecuencia esa espiritualidad reconociendo el valor de la Eucaristía”. Cuestionó que luego de encontrarse con Jesucristo, ¿cómo no podemos salir al encuentro del prójimo para ser el rostro de Dios en el diario vivir? La familia misionera ha participado de distintas experiencias de misión como parte del Proyecto Verano Misionero de la Pontificia Obra Propagación de la Fe (OMP) de Puerto Rico, primero como matrimonio misionero y luego integrando a sus niños a las experiencias incluso cuando eran bebés. Han podido misionar a México, Costa Rica y El Salvador.

“Todas han sido experiencias hermosas en familia y han sido encuentros profundos con otras familias hermosas, que como ellos viven nosotros vivimos en esa comunidad”, describieron.

Aunque han salido de la comodidad y se exponen a las distintas pruebas, se trata de cultivar una espiritualidad misionera en sus hijos. Y sus niños han participado activamente de la misión con experiencias con otros niños, “ellos nos han abierto las puertas de la misión”. El matrimonio anhela poder brindar experiencias reales, prácticas y enseñanzas de vida a sus retoños. Experiencias como la empatía, la diversidad cultural, “que aunque somos distintos hay un sol que nos alumbra a todos y un Dios que nos ama a todos”. Cuando crezcan, tendrán herramientas para decidir.

Ante el camino de animación continental, el matrimonio misionero exhortó a vivir intensamente la misión y ser conscientes de cada paso, por pequeño que sea, del proceso que se dará. “Estamos llamados a ser luz en esta propuesta del CAM6, descubramos cuál es la misión en nuestras vidas y seamos luz en esos pequeños detalles para hacerla diferencia en la calle, la comunidad o en la urbanización”, detallaron Lumir y Freddie. ■

Comisión de Comunicaciones
CAM6 Puerto Rico 2023

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