Entre cantos, gritos de júbilo, risas, estribillos y alabanzas; cientos de jóvenes y adolescentes de la Diócesis de Fajado-Humacao invadieron las calles de Canóvanas con la misión de celebrar y proclamar la fe en un Cristo vivo.
Esta peregrinación de la que muchos fueron testigo el pasado 9 de abril, es la Jornada Mundial de la Juventud en la diócesis, que se realiza simultáneamente a nivel mundial, incluyendo todas las de Puerto Rico, cada Domingo de Ramos.
Alrededor de 230 jóvenes de la Diócesis de Fajardo-Humacao se dieron cita en la plaza de Canóvanas, vistiendo su camiseta violeta, blanca o rosada, para participar de esta actividad que se hace por noveno año consecutivo.
Para Ángel Osorio, coordinador de la Jornada, el propósito central de la caminata es “llevar una visión diferente a la percepción de la juventud católica (que se tiene) en la sociedad. Los jóvenes están dispuestos a salir a la calle a proclamar su fe de una manera viva, alegre, entusiasta y orgullosos de tener un Cristo vivo en sus corazones”.
Así lo demostró el grupo de peregrinos cada vez que gritaba al unísono: “Dios te bendiga”, a toda persona que veía en el balcón de su hogar, en sus vehículos e inclusive en los diversos comercios que encontraron en la ruta.
El líder juvenil agregó que, aunque fue un gran reto estar al frente de esta actividad, resulta satisfactorio sentir que realmente el Señor ha hecho grandes cosas en él y en la juventud y comunidad católica.
Por otra parte, Monseñor Eusebio Ramos Morales, recién nombrado Obispo de la Diócesis de Caguas y ahora Administrador Apostólico de la Diócesis de Fajardo-Humacao, arribó a mitad de la actividad, para dirigir unas palabras de aliento a los jóvenes. Este se hizo eco de las palabras del Papa Francisco e instó a la juventud a hacer lío y dejarse sentir dentro y fuera del templo.
Durante la clausura de la caminata, se extendió una invitación a los allí presentes para participar de la próxima Jornada Mundial de la Juventud 2019 en Panamá. Las convocatorias de la diócesis serán el 21 y 28 de mayo de este año.
Allí, dejando de lado el cansancio tras 3 horas de peregrinación, los jóvenes se postraron ante Jesús Eucaristía para adorarle y alabarle. Concluyendo la Jornada y comenzando, a su vez, la reflexión y celebración de la Semana Santa.