Aquí te presentamos lo que debes estudiar para la segunda edición de las Justas Interdiocesanas del Conocicimiento. Este evento es dirigido a estudiantes de colegios católicos.
Cardenal Luis Aponte Martínez
Luis Aponte Martínez nació el 4 de agosto de 1922 en Lajas (Puerto Rico), siendo el octavo de 18 hermanos. Ha sido el único puertorriqueño nombrado Cardenal por la Iglesia Católica.
Desde temprana edad sirvió como monaguillo en su pueblo natal, experiencia que lo motivó a entrar al sacerdocio.
En 1940 inició sus estudios sacerdotales en el Seminario Menor San Ildefonso en el Viejo San Juan. Luego, en 1943 pasó al Seminario Mayor Saint John en Massachussetts (Estados Unidos), donde completó sus estudios filosóficos y teológicos.
Se ordenó sacerdote el 10 de abril de 1950 en San Germán. Durante esta década, realizó su trabajo pastoral en la Diócesis de Ponce, atendiendo varias parroquias. En 1955 fue nombrado Secretario del Obispo de Ponce por Monseñor McManus.
Ejerció cargos como vice canciller y superintendente de Escuelas Católicas, director de la Oficina de Desarrollo y canciller de la Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce, así como capellán de la Guardia Nacional.
En 1964, es nombrado Obispo de Ponce. No obstante, el año siguiente tomó posesión de la Arquidiócesis de San Juan en la que permaneció por 34 años.
El 2 de febrero se anunció su elección al Colegio Cardenalicio y en el Consistorio del 5 de marzo de 1973, el Papa Pablo VI le impuso el Capelo Cardenalicio. Posteriormente, fue elector en los dos Cónclaves de 1978 en el que fueron electos los Papas Juan Pablo I y Juan Pablo II, respectivamente.
Fue presidente del Comité de Asuntos Económicos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), creó la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP), convirtiéndose en su presidente hasta 1982 y ayudó a planificar la visita del Papa Juan Pablo II a Puerto Rico en 1984.
También gestionó la adquisición de los medios de comunicación de la Iglesia Católica, conocidos como: el semanario El Visitante, las emisoras radiales KBM y Radio Oro, y el canal de televisión Canal 13.
Su participación se destaca al formar parte de la delegación que asistió a la II y III sesión del II Concilio Ecuménico Vaticano del 1963 al 1965. Asistió a la I Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos (1969) y a la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos (1997), ambas en la Ciudad del Vaticano.
En 1999 se retiró del Arzobispado de San Juan. Desde entonces hizo pocas apariciones públicas. En abril de 2005 viajó a Roma para asistir al funeral del Papa Juan Pablo II, y preparar el cónclave en el que resultó electo el hoy Papa Emérito Benedicto XVI. Sin embargo, no pudo votar en la elección por su edad (83).
El 10 de abril de 2012, a la edad de 89 años, mismo día que cumplía su 60 aniversario de sacerdocio, partió a la Casa del Padre.
San Juan Pablo II
Karol Jozef Wojtyla nació en Wadowice, una pequeña ciudad en Cracovia (Polonia), el 18 de mayo de 1920. Tras la elección como nuevo Papa el 16 de octubre de 1978, ejerció el tercer pontificado más largo en la historia de la Iglesia Católica.
Conocido como el “Papa viajero”, este políglota conocedor de 13 idiomas, visitó 129 países durante su papado. Devoto ferviente de la Virgen del Carmen presidió su pontificado con el lema Totus Tuus, que significa ‘Todo tuyo’, en referencia a la Virgen María.
En 1985 inició las Jornadas Mundiales de la Juventud. Su notable atención hacia la familia se manifestó en los Encuentros Mundiales de las Familias que inauguró en 1994. También, promulgó el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana.
Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000. Asimismo, con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia.
Su condición de Papa del pueblo, de Papa de todos, le mereció el título de Juan Pablo II el Grande. Nadie en la historia de la humanidad vio ni fue visto por más gente como este Siervo de Dios, quien pasó cerca de dos años de su papado en las afueras del Vaticano.
A pesar de sus dolencias y complicaciones de salud, Juan Pablo II nunca modificó su agotadora agenda, ni escondió el paso de los años. Durante su convalecencia se quedó sin voz, pero no renunció a bendecir a los fieles y continuó sus labores, ya que nunca perdió la lucidez.
De poco a poco, su deterioro se hizo evidente. Del bastón pasó a la silla de ruedas, y aunque la parálisis facial a causa del Parkinson le robara su sonrisa, nunca perdió su sentido del humor.
En sus últimos días se enfrentó al pontificado del silencio. Por primera vez pidió a los Cardenales que le sustituyeran en algunas actividades de la Semana Santa. El 2 de abril de 2005, a las 9:35 de la noche, mientras en la Plaza de San Pedro se rezaba el rosario, el Papa dijo: “Amén”.
Finalmente, el 27 de abril de 2014, fiesta de la Divina Misericordia, este “Atleta de Dios” fue elevado a los altares.