“Maestro, ¿Qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?”, (Mt 19, 16).
Así el joven rico le preguntó a Jesús. La pregunta parecería ser muy difícil, pero la respuesta fue simple: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”. Los Diez Mandamientos son: (1) amarás a Dios sobre todas las cosas; (2) no tomarás el Nombre de Dios en vano; (3) santificarás las fiestas; (4) honrarás a tu padre y a tu madre; (5) no matarás; (6) no cometerás actos impuros; (7) no robarás; (8) no dirás falso testimonio ni mentirás; (9) no consentirás pensamientos ni deseos impuros; y (10) no codiciarás los bienes ajenos. Los primeros tres se refieren al amor a Dios y los otros siete al amor al prójimo.
Los Diez Mandamientos son la ley de Dios revelada en el Antiguo Testamento, específicamente en el libro del Éxodo. Moisés y el pueblo de Israel se encontraban en el Desierto de Sinaí (Egipto) acampando frente al monte Sinaí. Moisés subía al monte a hablar con Dios y al tercer día Dios pronunció las “10 palabras” a Moisés para que su pueblo escogido cumpliera con la nueva ley. Dios escribió la ley y los mandamientos en dos tablas que se conocían como “el Testimonio” (Ex 25, 16).
El Catecismo de la Iglesia Católica (2060) explica: “El don de los mandamientos de la ley forma parte de la Alianza sellada por Dios con los suyos”. Decálogo es otra manera de referirse a los Mandamientos y significa “diez palabras”. Es muy importante conocer cada uno de estos mandamientos.
¿Cuál es el mayor mandamiento?
A Jesucristo le preguntaron cuál de los mandamientos era el más importante. Respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con tu mente. Este es el mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt. 22 37-39). Por lo tanto, los mandamientos se resumen en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
Mandamientos de la Iglesia
La Iglesia, guardiana de los medios de salvación, ha creado normas para cumplir y vivir mejor los mandamientos establecidos hace miles de años atrás. Con el fin de dar gloria a Dios y la salvación de los hombres, la Iglesia establece otras leyes basadas en la naturaleza humana y que por conciencia obligan a todos los católicos. Los mandamientos de la Iglesia acercan a los sacramentos y deberes de un cristiano. Estos son: (1) oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar; (2) confesar los pecados graves cuando menos una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar; (3) comulgar por Pascua de Resurrección; (4) ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia; y (5) ayudar a la Iglesia en sus necesidades.