“Comúnmente, los padres matriculan sus hijos por la seguridad que provee la institución. De lo que no se dan cuenta es que la mayor seguridad que tienen es que cuando el nene salga del colegio, saldrá bien preparado, con valores, fe y prácticas que debe tener”.
De esta manera la Hna. Iris Rivera Cintrón, C.C.V, religiosa de las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, que ejerce hace 2 años como superintendente de Escuelas católicas de la Diócesis de Caguas, subrayó la relevancia de la educación católica en el mundo actual.
Actualmente, son cinco los colegios en la diócesis: Nuestra Señora de la Merced en Cayey; Academia Santa Teresita en Naranjito; Colegio Notre Dame, Colegio San Juan Apóstol y Evangelista, y Academia Cristo de los Milagros en Caguas.
Sobre cómo esta educación influye en el individuo y fomenta los valores personales, la Hermana expresó que primero está la evangelización. “En Puerto Rico, las dos características de la educación nuestra, son: excelencia académica y catolicidad genuina. Incluyendo, no solo las asignaturas, sino la práctica de los estudiantes en su vivencia”, detalló.
Es decir, “se les orienta a ser alumnos con una identidad católica y carismática. La identidad católica es seguir la doctrina de la Iglesia, y la carismática es seguir la espiritualidad del santo de su colegio. Por ejemplo, los estudiantes de la Academia Santa Teresita saben que siguen la espiritualidad de la religiosa”.
No obstante, señaló que la educación comienza en la familia donde son los responsables del niño. El colegio, por su parte, “le enriquece y le da contenidos, pero lo que es educación en sí, que es un tipo de comportamiento, una manera de expresar y pensar, viene de la familia”.
Es precisamente en el desarrollo del carisma y los valores que además de aprender un contenido, lo viven y por consiguiente se enriquecen con la práctica. Como ejemplo, subrayó que hace unas semanas compartió con 70 líderes estudiantiles de distintas organizaciones de los colegios para quienes un tema importante es la ecología y su valor.
Por otro lado, destacó que el tema de la educación es materia de interés para el Sumo Pontífice. Sostuvo que, durante su pontificado, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado indicando que existía una urgencia educativa. De igual modo, entre sus últimas acciones, el Papa Francisco informó que hará un pacto educativo global, a partir del 14 de mayo de 2020 que hablará del humanismo educativo, entre otros temas.
Además, adelantó que a nivel de las Diócesis, se encuentran trabajando los estándares de educación religiosa en conjunto. “El estándar es la norma mínima que debe saber el estudiante. Son 12 estándares que estamos aplicando a los textos de religión”, comentó.
De otro lado, entre vivencias curiosas que ha experimentado como Superintendente compartió que: “Yo nunca pensé ser Superintendente, ya había tenido bastante con haber sido Decana de una facultad y Directora de un programa doctoral (ambas en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, recinto de Ponce)”.
“Fui donde el Obispo a decirle que podía ayudarle a buscar un superintendente y me dijo: ‘No hermana, es que nosotros queremos que sea usted’. Le dije: ‘Bueno, soy una persona jubilada, no soy ninguna jovencita y no puedo estar para arriba y para abajo’. Pero lo más que me impresionó es que me dijo: ‘Hermana, es que usted es una bendición de Dios’. Esa frase no se me olvida porque me la repite mucho. Y cuando comenzamos, que tuvimos la misa de envío con todos los directores y coordinadores, me impactó. No pensaba que el aprecio fuera tan grande y la respuesta muy buena. Y efectivamente. Estoy contenta. Dios me dio esta última oportunidad en la vida y trato de hacerla lo mejor que pueda”, asintió. ■
Nilmarie Goyco Suárez
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