- Sabiduría es uno de los muchos nombres con los cuales reconocemos a Nuestro Señor Jesucristo, sabiduría del Padre. Así que todo lo que se diga de la Sabiduría de Dios, se puede decir de Jesús. En el pasaje de hoy se nos dice que la Sabiduría de Dios viene a residir en medio del pueblo de Israel.
- Esta lectura de la Carta a los Efesios tiene dos temas. El primero toca el tema de la primera lectura de la Sabiduría de Dios, o sea Jesús, que viene a residir en medio de nosotros y por esa razón nos constituye en hijos de Dios. El segundo tema es que San Pablo invoca al Espíritu Santo para la comunidad efesia para que ella pueda entender a fondo el misterio de la encarnación del Hijo de Dios.
- Volvemos a reflexionar acerca del Prólogo de San Juan después de haberlo escuchado en la misa de Navidad para aquellos que fueron a la misa del día. El Prólogo nos explica qué es la Encarnación y la venida del Hijo de Dios en la carne, o sea nacido en Belén, y las consecuencias que el nacimiento del Redentor implica. Para que así nosotros no nos quedemos en una celebración superficial, sino que profundicemos en este acontecimiento que es parte de algo mayor, la Redención.
Nosotros en Puerto Rico, España, y otras partes del mundo, tenemos la dicha de celebrar dos domingos de Navidad en vez de uno, porque el 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía, es día de precepto para nosotros. En otros países, como en Estados Unidos, la Epifanía se rueda para el día de hoy, y es por eso que solamente tienen un domingo navideño.
Los adultos le inculcamos a nuestros niños el misterio de la Navidad, catequizando con nacimientos, puestas de pastorcitos, reyes magos, presentaciones vivientes, en nuestros hogares y en nuestras liturgias navideñas. Eso es muy bonito, precioso y digno de alabarse. Pero nosotros los adultos tenemos que ir más allá y contemplar en el nacimiento del Niño Dios, el misterio de la Redención. Es por eso que uno de nuestros villancicos más profundos en términos teológicos es El Santo Nombre de Jesús (Dios bendiga el Santo Nombre de Jesús), puesto que es un cántico navideño que nos remite al misterio pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. De hecho, el regalo de la mirra es un recordatorio de que el Niño vino a morir por nuestra salvación. El Prólogo de San Juan no solamente nos dice esto, sino que también nos recuerda que, en virtud de su Nacimiento en Belén, Jesús se constituye en el Dios que habita entre nosotros para que nosotros podamos ver y familiarizarnos con Dios. Con esto, la santidad no es algo inalcanzable, sino que está a nuestra mano. Al ver al rostro del Niño vemos ahora el rostro de Dios. ¡Feliz Navidad!