El pasado sábado, 16 de junio, el Instituto para el Desarrollo Integral del Individuo, la Familia y la Comunidad (IDIFCO) en La Trocha de Yauco culminó su período de cursos sabatinos del proyecto Aprendo y Progreso (APRO). Con un sencillo protocolo cada programa de APRO expuso el resultado de sus proyectos estudiantiles. Además, se reconoció la labor de su estudiantado tras los sacrificios y empeño realizados. En su oferta a jóvenes y niños se encuentran Pintura creativa, Bisutería, Repostería, Costura, Cosmetología, Computadoras, Soldadura, Instalación de lozas y azulejos, Arte creativo, Guitarra, horticultura y otros cursos cuyo fin es el adiestramiento, la autogestión y el auto empleo.
Como mencionó Sor Virgenmina Morell Martel, directora de IDIFCO en Yauco: “El logro está aquí. Todo lo que se ve es hecho aquí por los participantes”. Esto en alusión al arte, la costura, la repostería, entre otros tantos programas. El único requisito impuesto a los jóvenes es que se mantengan activos en la escuela o universidad. Cabe destacar, que no se discrimina por credo religioso.
“IDIFCO es una obra de amor”. Así lo detalló Mirta Oliveras, miembro de la Junta de Directores y voluntaria por varias décadas. Explicó que ha visto cómo IDIFCO en Yauco, Guánica y Maricao han crecido e impactado a la comunidad. Esto gracias a tantos que ofrecen su trabajo voluntario. “Muchos han podido hasta establecer sus negocios gracias a estos cursos, lo que nos llena de alegría”, dijo la representante de la Junta de Directores. Uno de los voluntarios que visita la institución por muchos años, Ángel Luis Esteva, añadió que los programas pueden cambiar la vida y el rumbo de los muchachos por lo que exhortó a jóvenes a que se den la oportunidad porque es gratis. Así asisten, disfrutan y aprenden. Esteva no perdió la oportunidad de elogiar el trabajo de las religiosas.
Mario Rodríguez, maestro de soldadura, dijo sentirse orgulloso del trabajo de sus estudiantes. De cero y sin experiencia previa, los encaminó para que con empeño pudieran realizar varios proyectos en favor de la misma comunidad. El equipo de soldadores inexpertos realizaron bancos, mesas y hasta la reja de la verja del mismo IDIFCO. “Con empeño lograron aprender, es cuestión de práctica”, dijo el soldador junto a sus estudiantes. Para la profesora del guitarra, Ivanis López, el proyecto APRO es un signo de esperanza y acción social para muchos jóvenes que en circunstancias normales no podrían gozar de estos servicios. “Que puedan aprender música y otras disciplinas no solo les añade experiencias, les crea un sentido de responsabilidad y sensibilidad para ser mejores seres humanos”, articuló López.
Otro de los maestros, Héctor Morell, puntualizó que asiste cada sábado por la obra de cambio social que se realiza con los jóvenes. En su caso, enseña a instalar lozas y azulejos lo que describe como “lo que embellece la construcción”. Sus estudiantes aprendieron a manejar la pega e instalar loza en pisos y en topes. Su mayor satisfacción es que actualmente sus estudiantes cuentan con proyectos domésticos y proyectos pagados. “Le han sacado provecho”, dijo con alegría.
Por su parte, Gladys Mirella, una de las encargadas de la capilla en el centro, explicó que mientras todas las actividades se realizan, varias voluntarias se dedican a presentar las intenciones (papelitos escritos por los participantes) al Santísimo expuesto. Estas peticiones no se leen, sino que se colocan en el pequeño altar y se pide a Jesús Eucaristía por estas necesidades, por los participantes y por las comunidades.
Para unirse a los esfuerzos con la institución sin fines de lucro que sirve a niños, jóvenes, adultos, familias y comunidades el número a llamar es: 787-856-1573 o 787-267-3806.