La muchedumbre por las calles al sol ardiente gritaba sin cesar: “Francisco, Francisco, Francisco…”.
Esto en la coyuntura de su visita a la ciudad de Holguín por la misa celebrada en la Plaza de la Revolución este 21 de septiembre en una jornada intensa de actividades y calurosa por demás.
Frente al Santo Padre una audiencia totalmente cautivada por sus palabras. Entre la multitud se sentía emoción, devoción profunda y una fe inquebrantable.
En su homilía, el Papa explicó que el amor de Cristo nos precede y su mirada se adelanta a nuestras necesidades. “Sabe más allá de la categoría social a la que podamos pertenecer. Él ve más allá esa necesidad de hijo, tal vez ensuciada por el pecado”, dijo de forma pausada.
Además, hizo un llamado a observar a Cristo en los sacramentos en especial en la Eucaristía y en la Confesión. Culminó su mensaje dirigiendo su mirada a la patrona nacional de Cuba para que “mantenga sobre todo. Cada uno de estos hijos de esta noble nación su mirada maternal”.
