Frank Suárez tenía 12 años cuando se interesó por el tema de la religión. Curiosamente, aunque sus padres tenían bases cristianas, no lo habían educado en la fe. “Me preguntaba: ‘¿Por qué la necesitamos? y ¿por qué necesitamos comunicarnos con Dios?’”, manifestó.
El joven de 23 años de edad que cursa estudios graduados en Colorado, describió su proceso de conversión como uno interesante. Al principio la Iglesia Católica no fue una opción para él, por lo que se dedicó a leer sobre otras religiones y comparaba qué le ofrecía cada una en su filosofía de vida. Sin embargo, sentía que les faltaba algo.
Según narró, un día se puso a mirar un libro de obras salesianas que recibió por correo. “Tenía varias oraciones, el Padre Nuestro, el Ave María, y como no las sabía me las aprendí y me sentí bien
al aprenderlas. Después me di cuenta que eran católicos y ahí comenzó mi conversión”, recordó.
Su interés por conocer más sobre el catolicismo lo llevó a leer varios libros y a sintonizar el canal EWTN durante unas vacaciones de verano. No obstante, admitió que quería presenciar una manifestación física de lo divino.
“La encontré cuando san Juan Pablo II falleció. Al ver la multitud en la Plaza de San Pedro orando por él. En ese momento comprendí que la Iglesia Católica es universal”, expresó.
A raíz de esta experiencia, Frank ve a la Iglesia como una “común unión”. “Hay una unión común entre personas de todas las partes del mundo con Dios. Es como decir que cada persona forma una piedra que va y edifica la Iglesia”, detalló.
Mientras algunos de su edad anhelaban su fiesta de 15 años, Frank solo pensaba en su bautismo; pues sabía que conociendo la doctrina eclesial tendría una mayor apreciación de las prácticas de la Iglesia.
De otro lado, compartió que dentro de su proceso de preparación le fascinó saber que la Iglesia cubre y protege a sus feligreses en todos los momentos de la vida mediante los sacramentos.
“Me encantó sentir que no tan solo tiene el poder teológico, sino que tiene el poder de llegarte al corazón con signos visibles”, señaló.
Por su parte, para los que están en proceso de conversión les advirtió que: “Habrá personas que se irán en contra cuando uno comienza este camino. Surgirán cambios en las actitudes de uno que afectarán a los que están alrededor”.
Finalmente, recalcó que: “El camino de conversión no es una línea recta, siempre tiene sus curvas donde tendrás momentos de gozo por lo que estás logrando, pero también habrá momentos de tribulación. Por eso creo que lo más importante es entrar en oración con Dios”.
(Nilmarie Goyco)