“Pensé en mis hijos, en que quería vivir, que quería dar la lucha para estar con ellos. Yo decía: ‘Yo acepto lo que está pasando porque sé que Dios tiene algo grande para mí’. Nunca pregunté por qué, nunca vino a mi vida un reclamo para Él, simplemente dije: ‘Si esto es lo que quieres para mí yo lo acepto’”.

Con estas palabras Mariam Rivera Monserrate asumió su diagnóstico de cáncer de mama el día de su cumpleaños, el 30 de diciembre del  2013. Para ella el cáncer no es una enfermedad  desconocida, porque tanto su madre como su padre han sufrido de este mal.

Esta madre reconoció que lo más difícil fue darles la noticia a sus hijos de 14, 13 y 11 años en ese momento. El mayor y su hija más pequeña lo cogieron bastante tranquilos, “pero el del medio fue el más afectado, al punto que aún recibe tratamiento psicológico”, destacó la joven que recibió total apoyo de parte de su esposo.
Sobre el tratamiento, dijo que además de la cirugía lo más complejo han sido las quimioterapias. “La primera ‘quimio’ nunca es tan fuerte como las que vienen después porque a medida que el cuerpo se va debilitando los efectos secundarios son mayores. En mi caso, la tercera fue la más terrible. Estuve cuatro días en la cama sin poder levantarme, las náuseas y el malestar fueron horribles”, aceptó.

Al momento la también lectora en la Capilla Nuestra Señora de la Providencia en Río Grande Estates, donde asiste junto a su familia, continúa recibiendo quimioterapia y tomando medicamentos. Admitió, que su vida cambió drásticamente tras la enfermedad. “He aprendido a apreciar la vida, a no enojarme por tonterías, a vivir para Dios y para hacer su voluntad. Yo le dejó todo en las manos de Él”, recalcó.

Añadió que: “quiero vivir mi vida lo más feliz que pueda. Quiero darle lo mejor a mis hijitos y servirle a Dios. Sé que lo que Él me envió fue para ayudar a otras personas porque yo lo veo como una bendición”.

Relacionado a su mamá, contó que hace 18 años a Carmen A. Monserrate Aponte, mejor conocida como Toñita le fue diagnosticado  cáncer de mama y fue precisamente ella quien la acompañó en el tratamiento sin sospechar que, años después, también sería paciente.

Cabe mencionar que hace 1 año y medio el cáncer regresó al cuerpo de Toñita, esta vez en el pulmón y en el mediastino (conducto de la vena aorta que controla el paso de la sangre de la cintura hacia arriba). En conversación con El Visitante, la propia Toñita ofreció detalles de esta experiencia. “Ningún especialista se quería arriesgar a darme tratamiento por el lugar donde está alojado el tumor. Estuve dos meses durmiendo sentada porque apenas podía respirar, estaba toda hinchada”, sentenció la mujer que lleva 20 años en el ministerio de Música Génesis en la Parroquia San José de Canóvanas,

Afortunadamente, encontró un médico al que ella llama su ángel de la guarda que le hizo la biopsia y ya está recibiendo tratamiento. “Todo esto de la mano de Jesús y María que han sido mi compañía siempre”, reiteró la abuela de seis nietos.

Por su parte, el diácono Felipe Rivera, esposo de Toñita por los pasados 43 años también vivió la experiencia del cáncer. Y es que 4 años después del primer diagnóstico de su esposa, él también resultó positivo a este mal.

No obstante, esta familia ha permanecido perseverante en la fe. El diácono y su esposa llevan más de 20 años trabajando en el programa Diaconando que se transmite a través de las ondas radiales de Radio Paz 810. Su esposa es ministro extraordinario de la Eucaristía y siempre que puede lo acompaña cuando tiene que cumplir con sus funciones de diácono.

El pasado domingo, 27 de septiembre toda la familia Rivera Monserrate participó en la Carrera Race for the cure de la Fundación Susan G. Komen que se hace anualmente para concientizar sobre el cáncer de mama.

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