El caminar pascual se convierte en camino de comunión por su misma experiencia de fidelidad y compañía de Jesús Resucitado con sus discípulos. Entenderse como familia cristiana guarda en su más íntima identidad una relación pascual que marca la espiritualidad alegre y común del mismo corazón resucitado de Cristo. No se conceptualiza ni se materializa una familia cristiana fuera de esta experiencia que subyace en la base de nuestra comunidad criolla en nuestra Diócesis de Caguas. Se camina hacia la Pascua y desde la Pascua. Se es familia y se hace familia. Es un dinamismo promotor de una identidad sana y profunda del valor de la alegría y la comunión de vida y misión de cada persona que constituye un vínculo familiar.

La familia cristiana vehículo de la alegría pascual

La alegría pascual es portadora de un nacimiento espiritual a una realidad que guardamos desde nuestro bautismo; al igual que la familia es portadora de una identidad social, física y espiritual para la persona. Se entrelazan estas realidades para crear de manera integral la identidad humana con el propósito de vida de cada individuo. Somos familia y nos hacemos más familia. La identidad está dada y es creada en la medida en que vamos asumiendo los valores del Reino de Dios que se hacen concretos desde la Resurrección. Una familia que logra cultivar el principio básico de la vida y de la resurrección logra entablar una intimidad dialogar entre la vida y la alegría a la cual somos llamados como vocación de amor por parte de Dios. Los principios básicos de una familia deben fluctuar dentro de los que se encarnaron en el corazón de la experiencia de la Sagrada Familia de Nazaret. Como clave profunda de alegría familiar cristiana está el hecho de saberse comprendido desde la misericordia. Jesús encarnó un diálogo amoroso con todos los que le rodearon y más sólido al mostrarse resucitado. “Pedro, ¿me amas?”, pregunta que hace Jesús no por duda sino por una experiencia de perdón que desembocó en una experiencia de alegría pascual para Pedro. De igual manera, nuestras familias están llamadas a desde la experiencia de la misericordia acercarse con ilusión a una nueva realidad relacional en la intimidad del núcleo familiar. Es volver alegres al corazón familiar, de donde salimos y hacía constantemente estamos llamados a volver.

La familia cristiana comunión pascual

Si miramos la experiencia familiar en sí misma encontraremos la dimensión de comunión que guarda en lo más profundo de su ser. Se es comunión desde la misma identidad familiar. Si contemplamos nuestras familias como portadoras de una unión inquebrantable con el misterio pascual podremos dar solución a la experiencia más fundante y fuerte de cada persona que constituye un miembro en nuestra familia. Se vuelven a sí mismos lugares de acogida y acompañamiento en la medida en que portamos la experiencia más profunda de la Pascua: “la palabra generadora de paz”. Un diálogo común que nos lleve a palpitar a un solo ritmo hace de nosotros pequeñas comunidades que se abrazan con intensidad a Jesús Resucitado. No es un sin sentido vital sino todo lo contrario una verdadera identidad cristiana que se basa en el contacto, en la relación, en la manifestación del amor y no en la palabrería vacía del sin sentido social del tener, del placer y del poder. Puede más la compañía amorosa que se da en fidelidad por parte de Dios que cualquier otra experiencia  enajenante que pueda ofrecer un corazón desencarnado.  La comunión pascual en nuestras familias se da en el diálogo, en el contacto real del compartir la vida, en el “gastar” el tiempo unos con otros. La comunión no se improvisa, la comunión se decide. Ser familia no se improvisa, ser familia se vive. Aunque hay una relación físico-biológico también hay una opción radical de pertenencia pascual donde se supera lo meramente físico y se opta por los valores del Reino de Dios. Ser familia es ser hombres y mujeres pascuales, íntegros basados en la vida, la misericordia, la comunión, el diálogo amoroso y los valores profundos del Reino.

Padre José Ramón Figueroa Sáez 

Coordinador de la Comisión de Comunicaciones

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