La visita de los Reyes Juanadinos al pueblo cristiano de Juncos en la década de los 90, trajo como secuela el surgimiento del Grupo Tradiciones, organización que se dedicaría al rescate de nuestras tradiciones. Este hecho los alentó a ir conociendo la tradición de las fiestas de Reyes. Entendieron o percibieron la necesidad de reafirmar los valores auténticos de la Navidad; los cuales deben predominar en la vida cristiana.
La Epifanía del Señor proclama como mensaje central la manifestación de Cristo, que es la Luz de las naciones. Es verdad salvadora de Dios que se hizo carne o signo vivo para todos los pueblos. Es el hecho de que Jesús, el recién nacido, se dio a conocer al mundo gentil por medio de los Santos Reyes.
Después de contemplar al Niño, los Magos regresaron a sus tierras por otra ruta, lo que supone que, tras su adoración a Jesús, sus vidas cambiaron para siempre tras el seguimiento de aquella estrella. Esta festividad nos enseña que aquel que busca al Señor y lo encuentra; lo acepta, lo adora y cambia su rumbo. Su ruta coincide con la de todo hombre y mujer de buena voluntad.
Damos y se nos da la sublime inspiración de compartir el tiempo, regalar amor, paz, alegría y esperanza a todo el que nos rodea.
Hoy el Grupo Tradiciones, al cumplir sus 25 años, al mirar hacia atrás, agradece al Niño Dios su toque, el que ha cambiado nuestra forma de ver las cosas. Como grupo, es nuestra misión llevar a todos y a todas a que contemplen el misterio de la Epifanía. En esta fiesta litúrgica tan arraigada en nuestro pueblo, celebraremos en familia el hecho de que Jesús, el recién nacido, se dio a conocer a todo el mundo.
Nuestro caminar ha sido de gran bendición. Las capas de nuestros vestuarios están cargadas de muchas peticiones, las cuales ponemos a los pies de ese Niño Dios, para que Él, en su infinita bondad y misericordia, las conceda. El caminar por los pasillos de los hospitales o el estar en un residencial con aquellos descartados de nuestra sociedad, ha sido parte de una vivencia que nos inspira a aprender a mirar al otro como Dios nos mira. Es aprender a mirar al otro a imagen y semejanza de Dios… es ver y sentir su misericordia.
Tenemos un llamado a compartir y unirnos en oración por los niños y niñas enfermos, los ancianos en soledad, las familias en dificultad, los que son víctimas de la explotación, los que son abandonados y maltratados por sus padres, por el adicto, el deambulante y los discapacitados.
Vale un millón contemplar la sonrisa de los niños en sus camas del hospital, que, aún en su enfermedad, celebran nuestra llegada; el baile con gozo del adulto o anciano enfermo por el cáncer u otras enfermedades terminales desde sus habitaciones al escuchar la humilde parranda que se asoma. Eso no tiene precio. La mirada de sorpresa del adicto o deambulante al vernos llegar, nos interpelan. No podemos quedar absortos y perder de perspectiva lo que ocurre en la periferia.
Que esta Epifanía nos permita reflexionar sobre nuestras capacidades para aceptar e incluir la diversidad. Es la oportunidad de compartir nuestros dones y exponernos a reconocer los valores de quienes nos rodean. Es tiempo de practicar la generosidad. Dejémonos ganar hoy por el gran don que se nos ofrece; la salvación y procedamos a entregar a los pies del Niño Dios, nuestro corazón, nuestros deseos y nuestra voluntad.
Dr. José R. Rodríguez Martínez (Chemón)
Socio fundador Grupo Tradiciones Junqueño, Inc.