El jueves, 4 de mayo de 2017, la parroquia San Francisco de Asís de Aguada, culminó el triduo realizado los días, 1, 2 y 3 de mayo en honor al beato Carlos Manuel Rodríguez. La lluvia no detuvo a nuestro pueblo que se dio cita en el templo parroquial desde temprano en la tarde, para asistir a la visita al Santísimo y participar de la procesión y Misa en honor a nuestro Beato, Carlos Manuel. Cientos de fieles, entre los que destacaron, miembros del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, los Caballeros de Colón del Consejo Fray Alonso del Espinar y la Pastoral Juvenil Agustiniana, incluyendo entre los presentes desde jóvenes universitarios hasta los adolescentes de los grupos pre-juveniles.
Con mucho entusiasmo y gran devoción comenzó la actividad con una procesión en la que destacó la utilización de varios objetos especiales; como las banderas de Puerto Rico y la del Vaticano, representando el amor de nuestro beato tanto a su Patria como a la Santa Madre Iglesia. El Cirio, símbolo de la Vigilia Pascual, momento de gran importancia en su vida espiritual. Tan es así, que podemos afirmar que, la frase más conocida de Charlie es: “Vivimos para esta noche”, exhortación jubilosa a vivir con esperanza la Pascua de nuestro Señor. El cuadro de nuestro beato, imagen caracterizada por la sencillez que demuestra su rostro afable y virtuoso, seguido por una hermosa ofrenda floral. Y como objeto principal, la reliquia de nuestro beato.
Mientras el coro entonaba un himno en honor al Beato hizo entrada al templo parroquial la procesión y con ella el comienzo de nuestra celebración eucarística. Destacamos de nuestra celebración, la homilía de nuestro párroco, Padre Fray Carlos Cordero, O.S.A., quien nos presentó la figura de nuestro beato como modelo a seguir, en tiempos en que la esperanza parece estar en huida, la figura de Carlos Manuel Rodríguez Santiago toma mayor vigencia. Por medio de la presentación de la vida y obra de Carlos Manuel, nos exhortaba nuestro párroco, a ser seguidores de Cristo y testigos jubilosos de su evangelio, especialmente en los momentos difíciles de la vida, cuando hay pérdidas materiales o personales, o cuando al igual que nuestro querido Charlie, vemos el quebranto de nuestra salud.
Nuestra celebración eucarística tuvo un momento especial en el ofertorio, en donde se presentaron ante el altar; primero, el Tríptico de la Misión Continental, pues ella nos convoca a vivir el encuentro con Jesús Resucitado, viviendo el Evangelio como lo hizo Carlos Manuel. Segundo, el Misal, el Leccionario y la Liturgia de las Horas, ellos nos dan la pauta para vivir nuestra fe plenamente, nuestro Beato vivió la liturgia apasionadamente. Tercero, se presentaron los libros de la Catequesis y el Catecismo, nuestro Charlie fue un hombre de fe y se ocupó utilizando los medios que poseía en el momento, llevar la fe católica a todos de forma sencilla. De igual manera, presentamos ante el altar a nuestro pueblo, representado por una pareja especial, don Eugenio Gonzalez y doña María López, quienes han luchado toda su vida por llevar el grato olor de Cristo a todos a su alrededor, aun en los momentos de oscuridad en que la enfermedad les aqueja. Finalmente, la ofrenda mayor, el Pan y el Vino, que han de convertirse en Cuerpo y Sangre de nuestro Señor, siendo el fundamento de nuestra fe, reconocido por Carlos Manuel como elemento indispensable en la vida del auténtico cristiano.
Durante la comunión el Ministerio de Música nos deleitó con una décima compuesta para la ocasión. Como parte de la celebración, se rifó entre los presentes, un cuadro de Carlos Manuel Rodríguez, que fue ganado por una joven, líder de nuestra pastoral juvenil y catequista, además de poder venerar la reliquia de nuestro Beato. Con la alegría y el entusiasmo que invadió a nuestra comunidad parroquial compartimos en unidad una vez culminada la gran fiesta eucarística.
(Norma Chaparro)