Muy queridos fieles:
“Animo con fuerza a vivir esta profunda amistad con el Señor, sobre todo para implorar de Dios nuevas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. El Pueblo de Dios necesita ser guiado por pastores que gasten su vida al servicio del Evangelio. Por eso, pido a las comunidades parroquiales, a las asociaciones y a los numerosos grupos de oración presentes en la Iglesia que, frente a la tentación del desánimo, sigan pidiendo al Señor que mande obreros a su mies y nos dé sacerdotes enamorados del Evangelio que sepan hacerse prójimo de los hermanos y ser, así, signo vivo del amor misericordioso de Dios.”
Estas palabras tomadas del Mensaje del Santo Padre Francisco para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones impulsan y animan el caminar de la iglesia diocesana de Ponce para, “Empujados por el Espíritu”, renovar nuestro proyecto pastoral desde el corazón de María “Haciendo lo que El nos diga”.
¿Qué nos dice el Papa Francisco que hagamos como Iglesia para vivir nuestra vocación de discípulos y misioneros? Vivir una profunda amistad con el Señor, implorar de Dios nuevas vocaciones al sacerdocio, pedir con insistencia obreros para su mies para no caer en la tentación del desánimo, mantener viva la esperanza de que nuestra Iglesia tenga sacerdotes enamorados del Evangelio, que sepan ser prójimo de los hermanos y signos del amor misericordioso de Dios.
Respondiendo a la invitación maternal de María: “Hagan lo que El les diga”, el Seminario Regina Cleri de la Diócesis de Ponce les invita a la Vigilia de Oración por las Vocaciones a celebrarse el viernes, 10 de febrero de 2017 comenzando a las 7:30 pm con la Eucaristía presidida por el Obispo de nuestra diócesis, P. Rubén A. González Medina, cmf. La vigilia igualmente será clausurada el sábado, 11 de febrero de 2017 a las 7:00 am con la celebración de la Santa Misa.
Exhortamos a la iglesia diocesana de Ponce a cultivar y vivir una profunda amistad con el Señor y desde esa amistad confiada pedir a una sola voz que envíe obreros a su mies que sean signo vivo del amor misericordioso de Dios y hagan en el mundo lo que El les diga.
En Jesucristo, sumo y eterno sacerdote,
Mons. Elías S. Morales Rodríguez
Rector