Si bien es cierto que las profesiones no tienen sexo y pueden ser desempeñadas tanto por hombres como por mujeres existen algunas en que la cantidad de féminas es menor en comparación con los caballeros. En el marco de la Semana de la Mujer que se celebra en Puerto Rico del 3 al 9 de marzo El Visitante conversó con Deborah Dones, veterana del ejército de Estados Unidos, que narró cómo fueron los 15 años que sirvió al País.

Luego de sufrir una decepción amorosa decidió enlistarse en el ejército, y como tenía una maestría en bioquímica y aprobó con 100 % el examen de ingreso, estuvo 6 meses en bootcamp y luego directo a la Escuela de Oficiales. Fue en Irak que fue herida por un misil que la dejó en una silla de ruedas. Al indagar si se arrepiente de haber tomado esa decisión dijo que no. “Son decisiones que tomé y no me arrepiento. El día que te va a tocar te toca. Yo estaba trabajando, que Dios me cuidó, sí, que Dios me guardó sí. Solo pienso que estoy respirando, que me muevo, aunque solo sea de la cintura para arriba”, expresó la exmaestra de química y física de escuela superior.

Cuando se le preguntó cómo cambió su vida luego de perder la movilidad de sus extremidades inferiores y al no tener control de su torso, admitió que lo más difícil es no tener libertad de levantarse. “A veces es frustrante, me da coraje y entonces respiro, me calmo y pienso Dios vive en mi vida, yo lo amo sobre todas las cosas y si no fuera por Él no estaría aquí ahora. Entonces trato de relajarme y lo intento otra vez”, dijo.

Deborah prefirió no hablar de lo que le pasó, pero relató que estuvo 1 año en proceso de recuperación en un hospital en Estados Unidos. “Al principio no me podía parar, ahora puedo hacerlo, con un poco de dificultad, pero lo hago porque en mi mente pienso que puedo hacerlo. Soy una mujer independiente y he aprendido a hacerlo todo por mí misma, aunque mi familia está al pendiente”, dijo la exjugadora de volibol en los equipos de San Juan y Corozal.

La silla de ruedas no ha sido impedimento para ayudar a otros, por eso hace más de 10 años trabaja en el Hospital de Veteranos como Oficial de servicio de Veterans of Foreing Wars of USA en San Juan. Allí se encarga de ayudar a los veteranos que regresan de combate a conseguir los beneficios por aquellas cosas que les pasaron mientras estuvieron de servicio ya sea por heridas, condiciones que adquirieron o por problemas mentales, entre otros. 

Además, colabora en la identificación de veteranos que mueren y que ningún familiar los reclama. “Hago una investigación previa, busco familiares y si no los encuentro, llevo una foto a Ciencias Forenses e identifico el cuerpo que en su mayoría están en estado de descomposición. Después se entrega el cadáver a una funeraria, y en el cementerio nacional se le hace una ceremonia y se entierra”, precisó y añadió que de esta forma ya se ha dado cristiana sepultura a cuatro veteranos.

A pesar de que no le gustan los lugares encerrados, siempre está alerta y opta por quedarse en su casa en las Despedidas de Año, Deborah es la presidenta de la Federación Paralímpica, Pistola, Rifle y Escopeta de Puerto Rico y ha representado a Puerto Rico en competencias internacionales. 

La amante de todo tipo de deportes, de la lectura, vegana y estudiante de teología afirmó que aún le quedan muchas cosas por hacer, pero aseguró que es inmensamente feliz y que tiene la certeza de que Dios siempre la acompaña.

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