Los sacerdotes no son ni deben ser vistos como “superhombres”, más bien deben mostrar su humildad, ante todo, dijo el Papa Francisco justo en la misma semana que los sacerdotes de la Diócesis de Mayagüez llevaban a cabo su jornada de ejercicios espirituales como cada año en Casa Manresa en Aibonito. Dicho encuentro se realizó del 7 al 11 de noviembre, y el recurso invitado fue Mons. Alberto A. Figueroa Morales, Obispo de la Diócesis de Arecibo. 

“Un sacerdote es invitado a cultivar” esta cercanía e intimidad con Dios, “y de esta relación podrá obtener todas las fuerzas necesarias para su ministerio. Sin una relación significativa con el Señor nuestro ministerio está destinado a ser estéril”, manifestó Francisco en el 2017 en un mensaje directo al clero. 

Por eso, Mons. Humberto López, Vicario General de la Diócesis y Rector de la Catedral de Mayagüez expresó a El Visitante que “siempre los ejercicios espirituales ayudan a arrancar con mayores bríos en nuestro ministerio sacerdotal”. Mons. Alberto enfocó este encuentro entorno a la figura del Espíritu Santo en la vida del sacerdote, quienes luego compartirían la gracia y las bendiciones recibidas con los demás. También dialogaron sobre la cercanía que deben tener, en primer lugar, a Dios, luego al obispo, a los demás sacerdotes y a los fieles. 

Por su parte, Mons. Alberto dijo que para los sacerdotes es un deber, que igual se hace con gusto, realizar este tipo de ejercicios espirituales al menos una vez por año. “Ha sido una experiencia muy bonita de encuentro, alegría y camaradería, pero también momentos intensos de oración, fervor y confesión”. “Uno nota –en los presbíteros– la alegría dentro de las dificultades que vivimos, un deseo de servir al pueblo de Dios y una preocupación por la gente y lo que pasa en la Iglesia”, concretó. 

Un retiro “muy humano y espiritual, sosegado y tranquilo”. Así lo describió Mons. Ángel Luis Matos, Obispo de Mayagüez, quien agradeció a Mons. Alberto por hablar en un “lenguaje llano y sencillo, pero profundo”. “Uno de los temas que me llamó mucho la atención fue la necesidad de no ser clericalistas; –es decir– que hace ver al pueblo como inferior. Esa visión no es la que quiere el Santo Padre. […] Somos clero con el pueblo, para servir, dirigir y acompañarlos en la fe como padres que conducen al encuentro con Dios, no como jefes”, completó. 

Finalmente, a los fieles expresó su agradecimiento “por el amor que hacia los sacerdotes y por preocuparse por la vida espiritual de ellos”. También exhortó a continuar trabajando de la mano, “formando comunidades vivas y llenas de la gracia del Espíritu Santo”. De igual forma, tanto Mons. Alberto como Mons. Humberto agradecieron a los fieles “por sus oraciones, su respaldo y cercanía a los sacerdotes” en las diversas comunidades del oeste. Oremos por cada uno de nuestros sacerdotes. 

Jorge L. Rodríguez Guzmán

rodriguez@elvisitantepr.com

Twitter: jrodriguezev

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