Al cumplir tres décadas de servicio fiel al Señor

El pasado martes 4 de agosto, la diócesis de Mayagüez celebró el 30 aniversario episcopal del Monseñor Álvaro Corrada del Río. El acontecimiento fue celebrado en la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria con una solemne Eucaristía a la que asistieron el Delegado Apostólico para Puerto Rico, S.E.R. Jude Thaddeus Okolo, el Arzobispo de San Juan Mons. Roberto González Nieves, el Obispo de la Diócesis de Fajardo Humacao Mons. Eusebio Ramos, el Obispo emérito de la Diócesis de Mayagüez, Mons. Ulises Casiano y el Obispo Auxiliar de la Diócesis de Phoenix, Mons. Eduardo Nevares, así como representantes del clero, religiosos y religiosas y fieles.

Como inicio de la celebración eucarística Mons. Okolo se dirigió al Monseñor Corrada: “A nombre de su santidad, el Papa Francisco, quería expresar felicitaciones a su Excelencia Monseñor Álvaro en esta ocasión de sus 30 años episcopales”, y acto seguido solicitó a la feligresía que le diera un gran aplauso a su obispo.

El delegado hizo alusión al término baby bishops al comparar la experiencia de los obispos presentes con la trayectoria pastoral del Mons. Corrada. Al final de su alocución compartió la expresión Pastores dabos vobis, título de una exhortación apostólica de San Juan Pablo II.

Por su parte, Mons. Corrada, oriundo de Morovis agradeció las palabras del Mons. Okolo y le dio la bienvenida a la Diócesis de Mayagüez. También presentó a los obispos que concelebraban con él la Misa, así como a representantes de la comunidad eclesial y familiares.

La homilía fue ofrecida por el Arzobispo de San Juan, Mons. Roberto González Nieves, quien leyó, en primer lugar, un mensaje de felicitación para el Obispo Corrada, enviado desde Francia por el Obispo de la Diócesis de Caguas, Padre Obispo Rubén González.

Ya entrando en su homilía, Mons. González Nieves, describió el ambiente que prevalecía. “Queremos celebrar y dar gracias a Dios por los 30 años de obispo que cumple nuestro querido hermano Monseñor Álvaro en el día de hoy, fiesta del santo cura de Ars. Aquí se palpa mucha alegría, es una alegría que viene acompañada de muchas oraciones, expresiones de cariño y acompañamiento. Damos gracias a Dios por usted, por su vida, su servicio a Cristo y a la Iglesia, y por su consagración como Jesuita, su vida sacerdotal y episcopal”, expresó. Y dirigiéndose al obispo Corrada añadió: “Usted, don Álvaro, es un tesoro de la Iglesia”, a lo que los fieles respondieron espontáneamente con otro aplauso.

Al final de la predicación, el Arzobispo ofreció tres regalos para Mons. Corrada. El primero, como obsequio de incienso, fue la oración. “Un obispo necesita de sus oraciones, de sus ruegos, de sus bendiciones. La oración es uno de los tesoros más valiosos que tenemos los cristianos y cristianas. Oremos siempre por su querido pastor, por su episcopado, por su actividad y perseverancia, por su salud, por sus intenciones”. El segundo obsequio era el oro de la colaboración divina, atenta y sincera. “Un episcopado es más fructífero cuando más personas cooperan desinteresadamente con su pastor”, reflexionó. Y como tercer obsequio ofreció la mirra de la solidaridad y la unidad: “La unidad y solidaridad dan empuje al obispo, le proporciona alimento para que el báculo no se requiebre”.

Durante el ofertorio representantes de la familia Corrada del Río presentaron las ofrendas. Después de la Eucaristía el obispo Corrada ofreció un emotivo mensaje a los presentes en el que hacía síntesis de su camino pastoral en la Iglesia: “Hace 60 años que entré al seminario San Idelfonso y entonces tenía la vocación de un niño y el Señor fue el que me llamó y acogió. Yo no entendía ni sabía para qué me quería. Desde hace 55 años estoy en la Compañía de Jesús en la Provincia de Nueva York y en aquel momento tampoco sabía para qué me quería el Señor. Luego me ordené sacerdote y tampoco sabía para qué me quería Dios. Y después de 30 años de Obispo y 55 de estar en la Compañía me he dado cuenta de que uno no tiene que saber para qué Dios te quiere sino que te quiere en su casa… Eso lo aprendí desde pequeño en mi casa con mis padres, que en paz descansen”. Y concluyó: “Finalmente quiero agradecer a Dios y permita Él que cuando muera sepa para qué me quiere”.

En un aparte con El Visitante, Mons. Ulises Casiano, Obispo emérito de la Diócesis de Mayagüez, dirigió unas palabras al Obispo Corrada: “Me place decirle en esta celebración a Su Excelencia Reverendísima don Álvaro Corrada, que celebra sus 30 años de ordenación episcopal y que juntos hemos trabajado por esta Diócesis, que lo felicito y le doy la bendición”.

En esa misma dirección se manifestó Mons. Eusebio Ramos, Obispo de la Diócesis de Fajardo-Humacao: “Son 30 años de vida episcopal con fidelidad, con entrega y con un testimonio muy especial que nos llena a todos de mucha alegría y mucha esperanza. Por eso estar aquí, compartiendo con Mons. Corrada y compartiendo con su pueblo, con su iglesia diocesana, es para mí una señal y un encuentro de comunión especial. Había que estar con él apoyándolo y celebrando”.

También El Visitante pudo obtener unas impresiones del Mons. Eduardo Nevares, Obispo Auxiliar de la Diócesis de Phoenix, quien viajó a Puerto Rico para unirse a esta celebración episcopal: “En esta celebración deseo expresar mi felicitación a Mons. Álvaro Corrada por sus 30 años de ordenación episcopal. Monseñor fue mi obispo en Tyler -Texas- y juntos trabajamos intensamente. Luego, fui ordenado Obispo para la Diócesis de Phoenix. Él lleva 30 años y yo 5 años, por lo que tengo mucho que aprender de él”.
Al finalizar la Eucaristía hubo un compartir de la comunidad eclesial con el Obispo Corrada.

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