Con el inicio de la Cuaresma este Miércoles de Ceniza comienza un tiempo fuerte en la Iglesia. Durante estos 40 días se invita a los cristianos a la conversión de mente y corazón. Por esta razón, dentro de las penitencias que se pueden realizar a modo de sacrificio para encaminarse a la transformación del hombre viejo, al hombre nuevo en la Pascua, la Iglesia ordena practicar el ayuno y la abstinencia.

El Código de Derecho Canónico en el Canon 1251, establece que serán días de ayuno y abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Mientras, el resto de los viernes de Cuaresma serán días de abstinencia de comer carne.

Sobre quiénes están obligados a cumplir con estas directrices, el mismo Código sostiene que el ayuno es a partir de los 18 años y hasta los 59 años cumplidos. Mientras, que la abstinencia de carne es a partir de los 14 años.

La Iglesia define el ayuno con hacer dos comidas ligeras y una comida completa que sumadas no sobrepasen la comida principal en cantidad.  El ayuno se rompe si se come entre comidas. Algunos optan por comer pan y agua. Es importante señalar, que la ingesta de agua sí está permitida y no afecta en nada el ayuno.

De otra parte, para aquellas personas que, por razones de edad, condiciones médicas o que su estilo de vida excluye la carne, sepa que hay otras alternativas que puede practicar como penitencia para sustituir las que manda la Iglesia. Por ejemplo: Abstenerse de tomar café, comer pan o dulces. No ver su programa de televisión favorito o el partido de algún deporte. Privarse de ir al centro comercial. Dejar de fumar o tomar bebidas alcohólicas durante ese tiempo. No realizar actividades que impliquen diversión como ir al cine o a conciertos, entre muchas otras.

Lo más importante será que se prive de comer o hacer algo que realmente le guste y lo acompañe de oración, lectura de la Palabra de Dios e intente seguir las obras de Misericordia.

(Fuentes: Varias)

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