P. Ángel Luis Ríos tuvo a su cargo la segunda reflexión, en el día de peregrinación en Schoenstatt en Cabo Rojo. El tema fue: La necesidad de cultivar la misericordia y seguir la persona, la vida y los sentimientos de Nuestro Señor Jesucristo. El proceso de cultivar la misericordia conlleva que se den una serie de condiciones.
Primero, contemplar a Jesucristo como el Rostro del Padre. Señaló, P. Ángel, que cuando contemplamos a Jesús contemplamos el rostro misericordioso del Dios Padre que ha querido manifestarse en la persona de Cristo. A Jesús le contemplamos por medio de las Sagradas Escrituras, llevando misericordia a los desvalidos; le contemplamos con ternura ante el sufrimiento y con perdón para el pecador arrepentido. La oración contemplativa es la oración por excelencia del cristiano, que permite contemplar al Padre por medio de la figura de Cristo.
Segundo, mirar con ojos sinceros al hermano. Por la acción del Espíritu Santo somos capaces de mirar en el rostro de Cristo al prójimo con ojos de misericordia, puntualizó P.Ángel Luis. Esta acción ha de darse aun en momentos de incomprensión y coraje con el hermano, es en momentos difíciles. Es cuando la confrontación, el enojo, el deseo de revancha y castigo afloran en nuestra naturaleza humana, que debemos contemplar a Jesús. “Si contemplo a Cristo tengo que aprender a mirar con los ojos de Cristo…”, detalló.
Tercero, cultivar la misericordia sin juzgar ni condenar. Es imperativo, que dejemos el juicio al Padre Dios. Exhortó a cultivar la misericordia mediante el perdón para alcanzar la paz y felicidad.
Cuarto, cultivar la misericordia en el dar. Enfatizó: “lo que soy y lo que tengo es porque existe un Dios de misericordia”. Es preciso que pongamos nuestras cosas a la disponibilidad de mis hermanos. Dios nos pide nuestra entrega y que compartamos lo que somos. De este modo se cumplirá en nosotros lo que pide el Papa Francisco en el lema del Año Jubilar, ser Misericordiosos como el Padre.
Finalmente, llegamos al Santuario de los Protomártires, parroquia La Inmaculada Concepción, en Espinar de Aguada. Fuimos recibidos por Fray Luis Francisco, quien animaba a los presentes con el coro de la Parroquia entonando “Misericordiosos como el Padre”. La Ermita estaba llena a capacidad. A las 3:00 de la tarde, hizo entrada a la Ermita la reliquia de Santa Faustina Kowalska. Presidió Mons. Ramón Albino, vicario de Pastoral, y concelebró P. José Luis Diez Gabela, OSA, decano del Decanato de Aguadilla.
Con la exposición del Santísimo Sacramento, inició la meditación de la Coronilla a la Divina Misericordia, solicitando la gracia de poder acoger a nuestros hermanos y ser para ellos puertas de la misericordia de Dios, así como nosotros hemos traspasado estas tres puertas en este día, en busca de la misericordia del Padre. La Coronilla fue dirigida, por Zenaida Acevedo, coordinadora del Movimiento de la Divina Misericordia en la Diócesis y acompañada musicalmente por el Coro de la Ermita.
(Lic. Norma Chaparro \ Movimiento Divina Misericordia )