Oficina de Prensa del Arzobispo de San Juan
El Arzobispo de San Juan de Puerto Rico, Roberto Octavio González Nieves, O.F.M., solicitó a los legisladores postergar la discusión y aprobación del proyecto de ley para un nuevo Código Civil, a fin de que se pueda evaluar con mesura ciertos aspectos fundamentales del mismo. “Les solicito respetuosamente que posterguen la discusión y aprobación de este nuevo Código para la próxima sesión legislativa. Puerto Rico necesita un código civil atemperado a nuestros tiempos y de acogida. Expresiones como “de avanzada” nos pueden cegar al momento de acoger o adoptar valores que han de mantenerse y perpetuarse en nuestra conciencia colectiva, para proteger los legítimos derechos humanos de todos y todas y para la promoción del bien común”, indicó el Arzobispo.
“En la exposición de motivos de esta medida legislativa se asevera que el “Código Civil es la pieza fundamental del desarrollo de una sociedad organizada. Su estructura ordena nuestras leyes bajo un solo cuerpo legal, que reglamenta las relaciones e interacciones suscitadas entre los miembros de una sociedad;” que “el Código Civil no es sólo instrumento organizador de relaciones sociales, sino que es reflejo de las características que nos constituyen como sociedad y de los valores que en común estimamos y aceptamos como fundamentales en el transcurso de nuestras vidas en comunidad. Me parece, por ejemplo, que legislar a favor de la supuestamente llamada muerte digna equivale a legislar a favor de la eutanasia (como se propone en los arts. 50-52), lo cual entiendo que no representa los “valores que en común estimamos y aceptamos como fundamentales en el transcurso de nuestras vidas en comunidad”. Asuntos tan fundamentales como estos no deben legislarse a prisa, en medio de recesos festivos y en una controvertida sesión extraordinaria. En una sociedad pluralista y secular como la nuestra, es un reto definir “valores que en común estimamos y aceptamos como fundamentales”, añadió. “Recordemos que nuestra cultura hunde sus raíces en la cosmovisión judeo-cristiana que incorpora una opción de profundo respeto por la dignidad, la belleza y el misterio de la vida humana que debemos custodiar”, puntualizó González Nieves.
Para el Arzobispo, “la mesura, la amplia discusión, la apertura al diálogo y el discernimiento colectivo sirven más a los intereses de un nuevo código que la ligereza en su aprobación. La prisa en legislar un código que toca la vida de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de un país, infunde sospecha más que confianza. Si con este proyecto de ley se propone una “legislación trascendental”, más se justifica una amplia, serena, abierta y diversa discusión pública que no provee esta sesión extraordinaria, ni el ambiente político y gubernamental propio de una transición en el gobierno, en un contexto tan polarizado y “polarizante” como el nuestro. El poder político y gubernamental es para servir y no para imponer”.