Las historias conmovedoras que llegan a Cáritas de Puerto Rico parecen no tener fin. Desde personas que se quedaron sin techo, paredes y pertenencias hasta centros de envejecientes abandonados. Ante esto, el director de Cáritas Puerto Rico, Padre Enrique “Kike” Camacho Monserrate sostuvo que Cáritas actualmente diligencia ayudas y está organizando la distribución de víveres, agua, ropa y el acompañamiento espiritual.

“Esto es -y será- un trabajo en equipo. Los Cáritas parroquiales son esenciales. A través de ellos se pueden conocer las necesidades de las comunidades y de qué manera podemos ayudarlos para canalizar esa ayuda”, articuló el Director de Cáritas Puerto Rico ante la ayuda que se está recibiendo de más de 20 diócesis de Estados Unidos y Cáritas de otros países.

Incluso, al relatar sus vivencias durante estos días el sacerdote quedó impresionado al ver cómo su equipo de empleados (algunos de ellos que lo perdieron todo) llegaron y siguen asistiendo ante las adversidades porque no puede detenerse la ayuda a los necesitados.

En la labor usual, Cáritas realiza las denominadas “visitas de amor”, iniciativa muy importante. Donde se identifican necesidades en las comunidades afectadas como centros de envejecientes o hogares de personas vulnerables. Estas no pueden detenerse, insistió P. Kike ante un grupo de sacerdotes.

Cáritas no reparte comida solamente, sino mucho más que eso, es acompañar, escuchar, orar y animar; es un proceso dual de consolar y ser consolado. “Repartir comida, eso lo hacen muchos, y nosotros lo vamos a hacer, pero nosotros tenemos algo más, tenemos el amor y abrazo de Cristo”.

“Aunque es gran reto histórico, es un gran momento para estar con nuestro pueblo y para que sientan el abrazo de Cristo. Esto es lo que Cristo nos pide”, dijo P. Kike.

Asimismo, indicó que “necesitamos el apoyo de todos para afrontar esto, llevo 10 años en Cáritas y nunca habíamos tenido algo parecido en Puerto Rico”. Los voluntarios pueden reportarse en los Cáritas parroquiales de su comunidad. Esto ante la realidad de que está llegando ayuda y se necesitarán muchas manos, transportación y logística. “Yo solo no puedo”, aceptó el sacerdote. Y clarificó que todo dinero recibido va a ser evidenciado para dar cuentas de su utilización.

Es importante destacar que las únicas personas autorizadas a representar a Cáritas de Puerto Rico ante las autoridades civiles o en las parroquias son Mons. Roberto González y P. Kike Camacho. Para enviar ayuda o canalizarla pueden comunicarse a Cáritas de Puerto Rico: 787-300-4953 o el 787-918-3802. (Cáritas de Puerto Rico, P.O. Box 8812, San Juan P.R. 00910-0812)

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