Serán pocos, seguramente, los que no hayan escuchado de Alexis Joel Hernández Vélez, el joven estudiante de medicina que sufrió un accidente en México hace 1 año, y por el que ha tenido que someterse a 19 cirugías.
Tiene 24 años, es el menor de dos hermanos que crecieron en el seno de una familia católica, en el barrio Puentes de Camuy. Sencillo, sensible ante el dolor ajeno, deseoso siempre de aprender y de servir, de espíritu inquieto por querer dar un giro a las injusticias, valiente, de firme voluntad y una fe inconmovible.
Participar de la JMJ 2011 en España cuando solo tenía 15 años, le llevó a comprometerse más en su vida cristiana: “a partir de ese momento, nunca me fui”, expresó en entrevista con El Visitante.
Así comenzó a vincularse más con la Pastoral Juvenil de la parroquia San José de Camuy con la que viajó también a la JMJ de 2013 en Brasil y en 2016 a Polonia : “Uno siente la presencia de Dios, es como tan grande, es el lugar donde uno se siente más feliz. Si tú quieres ser feliz, tienes que ir donde Dios y yo sabía que, participando de los grupos de jóvenes, yendo a la Iglesia y a estas actividades iba a sentirme en la presencia de Dios”, manifestó.
Alexis reconoció que su búsqueda sincera de Dios desde su adolescencia tuvo mucho que ver con su forma de vivir el acontecimiento que le cambió la vida.
“¿Así es que acaba esto?¿Así es que acaba mi vida?, me pregunté, y escuché una voz que empezó a guiarme para que pudiera salir”, narró con tranquilidad hablando del accidente en el que, además, sorprendentemente, brincó un muro de nueve pies: “Mi fe, mis ganas de vivir eran tan grandes que la pared se quedaba corta a lo que yo sentía, y la brinqué, yo que no soy muy atlético”, dijo sonriendo.
“Recuerdo que en lo que esperaba que llegara la ambulancia, empecé a darle gracias a Dios, a decir lo grande que es, y que me había salvado y me daba una segunda oportunidad de vida”, contó.
Sin embargo, el camino se oscureció un poco en los momentos de dolores más intensos cuando se preguntó: “¿Por qué me pasó esto a mí, si siempre he tratado de buscar a Dios y tratar de ayudar a los demás? No es justo que esto me pase a mí. Y pienso que es normal porque por mucho menos hay gente que se lo cuestiona”, pero no era un pensamiento que sostenía porque: “Yo sabía que Dios siempre estuvo conmigo; siempre lo tuve claro”, enfatizó.
Para Alexis, “lo más difícil ha sido depender cien por ciento de los otros”, pero ya ha logrado hacer muchas cosas por sí solo como caminar, escribir, comer, y cada paso ha sido celebrado por su familia que no le faltó en ningún momento.
De otro lado, son muchas las vidas transformadas que, entrando en un ejercicio de oración constante, que antes no practicaban y en la que perseveraron pidiendo por Alexis, hoy día dan testimonio de una vida intensa de oración, sacramentos, regreso y compromiso en la Iglesia.
Tanto este joven como sus padres, Jaime y Wanda, relataron emocionados que se dieron cuenta de que la Iglesia es universal y que siempre se sintieron acompañados de una una Iglesia que oró, los sostuvo y acompañó.
Al final, a manera de consejo, Alexis dijo que: “La clave es poner nuestra confianza en Dios que es grande y poderoso, que es importante la familia y tener una comunidad de personas con las que puedas compartir. También, mantenerse positivo y bloquear cualquier pensamiento negativo porque ayuda o no la forma en que piensas”.■
Vanessa Rolón Nieves
Para El Visitante