“Mi vocación fue de golpe, de muchacho nunca pensé ser sacerdote ni tuve amigos sacerdotes”. A 45 años del acontecimiento que cambió su vida, Mons. Efraín Rodríguez Otero, párroco de la parroquia San Fernando Rey de Carolina y vicario de Cultura de la Arquidiócesis de San Juan, compartió con El Visitante parte de su camino sacerdotal.
Natural del Barrio Culebras de Orocovis nació en una familia cuyas raíces se remontan a generaciones atrás que cultivaron esas tierras fértiles. En el vecindario le conocían cariñosamente como Caín y también por sus travesuras. Estando en escuela superior lo invitaron a formar parte del grupo de jóvenes, por pura curiosidad accedió.
“No visitaba la iglesia ni nada parecido. Me pidieron que fuera a una reunión de la Juventud de Acción Católica en Arecibo y fui. Al final de la jornada hicieron dos preguntas. ¿Cómo te sientes con la jornada? Contesté: Me siento raro porque nunca he vivido una experiencia como esta.
¿Qué espera hacer por Cristo? Contesté: Si Él quiere, que me ponga alguien en el camino que yo pueda ayudar”, relató.
Para mayo de 1966 fue aceptado en la universidad y en verano de ese mismo año unos misioneros jesuitas fueron a Orocovis a hablar sobre la vocación. Reunió a los jóvenes en la Capilla del Barrio y uno de los jesuitas lo tomó de ejemplo durante la conferencia. “Decía supongamos que Caín considerara el sacerdocio y ¿se imaginan que Caín sea el párroco de tal comunidad? Fue un relajo tremendo. Entre los muchachos decían cualquiera menos Caín”, recordó. Pero entre broma y broma Dios tenía planes muy serios y una llamada muy contundente. Se llevó los papeles, al llegar a su casa le dio con mirarlos, llenarlos y llevarlos al párroco de Orocovis. En el verano fue al pre seminario en Aibonito a ver de qué se trataba eso y ¿por qué no? siguiendo aquel vacilón tremendo, según dijo.
Su sorpresa fue que en agosto de 1966 lo aceptaron en el Seminario Regina Cleri de Ponce y fue entonces que se puso serio el asunto. “El domingo a las 10:00 de la mañana, del 15 de agosto de 1966 nos recibió en el pórtico de la Capilla del Seminario Regina Cleri Mons. Antulio Parrilla.
Éramos 49 muchachos, cinco se ordenaron y ya cuatro han muerto”, afirmó Mons. Efraín.
¿Qué lo hizo quedarse? Contestó: “Al llegar al seminario en ningún momento dudé en irme. Fue un llamado muy fuerte. Cuando estuve allí no dudé ni un segundo. El Espíritu Santo quiso enviar a esos misioneros jesuitas”.
Del Seminario en Ponce pasó al Seminario San Vicente de Paúl en Boynton Beach en Miami, Florida. Y fue ordenado sacerdote por imposición de manos de Mons. Miguel Rodríguez, Obispo de Arecibo de entonces, el sábado, 24 de agosto de 1974 en la parroquia San Juan Bautista de Orocovis. “Ya son 45 años de ordenado y 71 de desordenado”, comentó Mons. Efraín con buen humor. Aún recuerda el banquete en el barrio, el Coro de Hatillo y la Tuna de Moca.
De ser sacerdote para la Diócesis de Arecibo pasó a la Arquidiócesis de San Juan. Cuando se creó la Diócesis de Mayagüez para el año 1976, él estaba en una parroquia en Toa Alta que pertenecía entonces a la Diócesis de Arecibo y con la redistribución de los territorios diocesanos por la creación de la nueva Diócesis quedó automáticamente formando parte de la Arquidiócesis.
En 45 años ha colaborado en muchas áreas como la pastoral juvenil, los medios de comunicación social católicos y seculares, en los asuntos de piedad popular, en la promoción de la cultura, en distintas parroquias y como secretario por 9 años del Cardenal Aponte Martínez de feliz memoria.
Como secretario del Cardenal tiene anécdotas incontables. “El Cardenal era una persona bien enfocada y profunda. Yo guiaba, él en el teléfono inalámbrico y hacíamos oficina en el carro”, dijo.
Además, ha dedicado su vida a la promoción de la cultura boricua con programas de radio, otros medios y con diversas iniciativas a tal punto que Mons. Roberto González, Arzobispo de San Juan, lo nombró Vicario de Cultura. Con su experiencia de décadas en los medios de comunicación social ha podido compartir con figuras como Maso Rivera, una serie de personalidades del mundo de la salsa, trovadores y periodistas. ■
Enrique I. López López
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