El pasado sábado, 10 de septiembre, con la gracia de Dios y la Santísima Virgen María, todos los legionarios a nivel isla nos dimos cita en el Polideportivo de la Pontificia Universidad Católica (PUCPR) de Ponce.
El objetivo fue celebrar el aniversario número 95 de la Legión de María a nivel Internacional y 66 años de labor apostólica en Puerto Rico. Esta actividad fue dedicada al fundador Frank Duff con el objetivo de tenerlo presente y si Dios nos permite ayudarlo a subir los escalones para que se convierta en el Santo de los Legionarios. Sería un honor, para todos nosotros, que Dios nos conceda este regalo.
Fue una gran sorpresa, la aceptación legionaria a esta convocatoria, con más de dos mil participantes. Realmente había una sábana blanca con participación de todas partes de la isla. La sábana blanca que entregamos a nuestra Madre y a Jesús porque significa nuestro esfuerzo por seguirlos, estar dispuestos a aprender de su sabiduría, escucharlos y accionar con nuestros hermanos. Significa el esfuerzo de sacar lo que nos molesta que no es de Dios, ser misericordiosos y caritativos. Es brindar el amor que Dios nos tiene a nuestros hermanos. Es el compromiso del ejército que representa a nuestra Virgen María.
Tuvimos la presencia del Dr. Jorge Vélez Arocho, presidente de la PUCPR, donde nos recibió y dio la bienvenida en la casa de nuestra Santa Madre, nos dijó: “Qué mejor lugar para celebrar esta actividad, que aquí en la casa de la Santísima Virgen María”. Agradecemos que estuviera con nosotros y nos dedicará de su tiempo tan valioso. Así también nos exhortó Monseñor Juan Rodríguez Orengo, vicario de Pastoral en
Ponce, en su mensaje a los legionarios, que celebremos el aniversario de los 100 años, si Dios así, lo permite.
Agradecemos a Monseñor Elías Morales Rodríguez, quien consagró y dirigió la Santa Misa, a los sacerdotes y diáconos que dijeron presente. Damos también gracias a nuestra Madre y a Jesús por habernos permitido esta celebración y todos unidos compartimos el amor a ellos. Les entregamos todas las miserias y dificultades que pasamos como sacrificio a la Cruz de Jesús. Esto no es nada, con todo lo que vivió y padeció nuestro Señor y Salvador.